“Malos tiempos para la lirica” rezaba el título de una conocida canción de los años 90, pues 30 años después , los tiempos parecen aún peores para todo y con pocas pintas de mejora. Esto podría ser una conclusión derrotista, desesperanzadora o tal vez nostálgica de cualquier tiempo pasado y aunque algo de eso tenga, también quiere ser una reflexión en voz alta sobre qué nos está pasando. O puede qué simple y llanamente se trate de la vida deslizándose como siempre en el cambio permanente solo que a tanta velocidad que provoca vértigo y pérdida de perspectiva, seguro que no la ven igual los de 20-30 años que los mayores de 50-60.
Conclusión, que me hago mayor y no puedo evitar recordar los motivos que me llevaron a abrir mi Centro de Yoga Sadhaka en 2007, (si es que aún los recuerdo) que con tanta determinación, ilusión y fuerza me hicieron creer que aún había esperanzas para cambiar el mundo desde uno mismo, con un prisma más humano y amable, dando alas al crecimiento personal y espiritual en la búsqueda de “uno mismo”…… se me antojaba este cambio, en comparación con el mundo de la empresa, de dónde venia, con embrutecimiento, competitividad, presión de los números , los objetivos, los plazos , las fechas, etc. Como decía, se me antojaba un tránsito dulce, irresistible, cautivador, tremendamente seductor al que no me pude resistir cual adolescente en brazos de su primer amor, dispuesta a tener la mejor “aventura” de su vida.
La “ aventura” como podréis suponer, ha dado para mucho y espero siga haciéndolo, ha sido una muy interesante travesía del desierto que no podría resumir en estas breves líneas, pero algunas pinceladas iré dando próximamente desde esta pequeña ventanita.
Donde hoy quiero poner el foco es precisamente en el Yoga, (supuestamente el amante que me sedujo) que está totalmente contagiado,(por no decir palabras gruesas) como todo lo demás, en este mundo global, de superficialidad, postureo, influencers, RRSS, marketing (el mayor aporte de occidente al mundo del Yoga es la mercadotecnia en su divulgación) culto al cuerpo, hábitos saludables, competencia/escuelas/estilos/instructores/ególatras/ que se venden como el mejor linaje, Formaciones, cursos, seminarios, retiros vacacionales alternativos en parajes paradisiacos, venta de material para la práctica, que si alfombrillas, legins, tacos, zafus, mantas, decoración, etc. Y no digamos en el tema “alimentación” no hay más que ver las discusiones en los medios llevadas hasta el absurdo.
En fin, la lista es larga, y daría para mucho, pero en resumen DINERO, DINERO Y MAS DINERO, porque el mundo de la “espiritualidad” vende, y vende mucho, hoy resulta muy “cool” que cualquiera utilice el “Yoga” como señuelo de “marca de calidad” como si se tratara del sello “ISO” en lo que a salud y bienestar se refiere pero lo que aún es peor y más irritante es como si detrás, la “ética” estuviera garantizada en el más amplio sentido de la palabra. Pues no, no es así, en el mundo del Yoga hay lo mismo o más y peor, que fuera de él, gente radicalizada en sus posturas excéntricas y sus ideales imposibles, y gente estupenda con grandes dosis de sentido común, discernimiento y ecuanimidad, que al fin y al cabo es lo que nos debería aportar el Yoga y tanta faltita nos hace.
Nos ha tocado vivir en esta sociedad de consumo y el Yoga se ha convertido en otro producto más, donde “todos” alimentamos el sistema que nos esclaviza o nos libera, cada cual lo ve como quiere, siendo cómplices la mayor parte de las veces, y utilizados otras, aunque no seamos conscientes de ello. Tenemos que ser capaces de INTEGRAR lo material y lo espiritual con el equilibrio y la ponderación suficientes para que el Yoga nos sea útil y práctico en el entorno que nos ha tocado vivir.
“Majaretas” los ha habido siempre y asi seguirá siendo, no merece la pena discutir con ellos, porque nuestra sensatez y nuestro sentido común son hoy más necesarios que nunca, pongámoslos en valor no desperdiciándolo en tareas fútiles ni dejándonos seducir por cantos de sirenas. El verdadero Yoga no discrepa de lo que es práctico, conveniente, necesario hacer, pero sobre todo, siempre con los pies en la tierra para no perder la perspectiva y la realidad en que vivimos y dándonos la fuerza y coraje para no sucumbir en nuestra tarea, y desempeño, cualquiera que sea, pero con honestidad y principios.
” MENOS ES MÁS,” apostemos por lo simple y lo sencillo. Como suelo decir en mis clases: “pequeños ajustes, grandes beneficios, sobre todo a largo plazo.”
Continuará…..