Extraídas de la introducción del libro “Anatomía del Yoga “de los autores Leslie Kaminoff y Amy Matthews, ediciones Tutor, 2013 para versión española (es la que yo tengo)
Es un libro que todo practicante/estudiante de yoga debería conocer, y efectivamente lo es porque numerosas escuelas de yoga de todos las nacionalidades lo recomiendan en su formación, habiéndose vendido ya más de un millón de ejemplares en varios idiomas, además de que Leslie Kaminoff tiene una larga trayectoria como educador de Yoga, reconocido internacionalmente en los campos de la anatomía del Yoga y la respiración.
Según el autor, cuando a veces el Yoga habla de alcanzar algo más profundo que nosotros mismos, ese objetivo se plantea desde aspectos más místicos, sin embargo en este libro se aborda desde el punto opuesto: viajar a nuestro cuerpo físico, para comprender no solo nuestra anatomía, sino experimentar directamente la realidad que da lugar a los conceptos claves del yoga. Es una experiencia de “espiritualidad encarnada”. Los principios más profundos del yoga se basan en una apreciación sutil y profunda de cómo está construido el organismo humano
En nuestra práctica de yoga orientamos nuestras actitudes hacia el discernimiento para distinguir lo que si podeos cambiar, de las que no. Queremos saber lo que hay dentro de nosotros para poder entender por qué algunas cosas son relativamente fáciles de cambiar, pero otras parecen tan difíciles. ¿Cuándo debemos trabajar sobre la rendición de algo que no es probable que cambie? Ambas cosas requieren esfuerzo, la rendición es un acto de voluntad.
¿Qué convierte a la respiración en un maestro de Yoga tan potente? Esta tiene la doble naturaleza de ser tanto voluntaria como autónoma lo que supone la eterna investigación sobre lo que podemos cambiar y lo que no.
Nuestra fuerza vital se expresa mediante los movimientos del cuerpo, la respiración y la mente y el laboratorio, campo de experimentación es nuestro cuerpo, para beneficiarnos de un proceso que permita pensar con mayor claridad, respirar con menos esfuerzo y movernos con más eficacia. La integración de mente respiración y cuerpo como punto de partida, en total sintonía con los “tres cuerpos” físico, causal y astral que los antiguos yoguis sustentaban como base del Yoga.
Otro antiguo principio nos dice que la principal tarea del Yoga es la eliminación de los obstáculos que impiden el funcionamiento natural de nuestro organismo. Sin embargo, es preciso recalcar que todo lo esencial que necesitamos para nuestra salud y felicidad ya está presente en nuestro organismo, únicamente tenemos que identificar y resolver algunos de esos obstáculos. En definitiva, si hay respiración y mente, puede haber yoga, aunque haya falta de flexibilidad o dolencia.
La práctica de asana se vuelve una exploración sistemática de como despejar las fuerzas más profundas que sostienen al yo: la respiración y la postura. En vez de contemplar la práctica de asana como forma de imponer orden en el organismo humano, mejor emplear las posturas como forma de revelar el orden intrínseco que la naturaleza puso allí.
No vivimos para hacer yoga, hacemos yoga para poder vivir de manera más sencilla y alegre.