Se aproximan fechas en las que se nos incita al consumo desacerbado con tentativas ofertas que producen en nosotros la sensación de no poder reprimir tan suculenta oportunidad. Primeramente se empezó importando de EEUU el pistoletazo de salida del viernes siguiente a la festividad de Acción de Gracias, y que en nuestro país ya se alarga hasta después de Reyes Magos, donde terminamos exhaustos con la tarjeta de crédito bien ordeñada y con un desgaste de energía en ir a la caza y captura de ni se sabe cuántos cachivaches, regalos, y objetos absurdos que no necesitamos en el 90 % de los casos, y para mayor desgracia ni nos caben en casa tantas veleidades.
La cosa es que todo queda enmarcado en festividades religiosas o al menos con algo de confraternidad humana, pero termina resultando una “tremenda borrachera consumista” con una morrocotuda “resaca económica” y una profunda crisis de arrepentimiento que a veces nos lleva a devolver lo adquirido porque hemos pensado que ya no nos gusta o no lo necesitamos tanto como parecía, o vaya usted a saber qué otra justificación pone nuestra trasnochada mente para cambiar de parecer….
Claro, que por otro lado está el movimiento globalizado de “consumo responsable” “conciencia ecológica” “ cambio climático” y todos estos mantras para hacernos ver que nuestra manera de vivir ya resulta insostenible para el planeta al que urge salvar, dado que somos muchas criaturas hospedadas en él con el mismo modus operandi, vamos! que la especie humana es la peor plaga que ha sufrido el planeta …..
Por otro lado, también está el aspecto económico que mueve todo, si no hay consumo no hay producción, sin ésta no hay generación de riqueza, de trabajo, de progreso, de bienestar…. y en estas andamos, en este samsara de la existencia encantadísimos de habernos conocido (cada uno a si mismo) albergando la idea de que vamos mejorando, creciendo y progresando…. (Como dijo Groucho Marx: surgiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de la miseria)
A finales del siglo XIX se produjo la llamada gran crisis de las “boñigas de caballo, y es que las autoridades de las grandes ciudades estaban altamente preocupadas por la cantidad de excrementos (entre 15 y 20 kilos al día si el equino comía bien) que producían estos animales, a la vez tan necesarios para el transporte de mercancías y personas de la época, que con el pujante progreso de entonces cada vez eran más numerosos. Pero hete aquí que la crisis se solventó con la llegada del vehículo a motor de la mano de Henry Ford, que desbancó a los caballos, tanto fue así, que hoy en dia, no sabemos bien qué hacer con el futuro inmediato del automóvil, tal vez, volver a los caballos??? La comunidad amish (son un grupo etnorreligioso protestante anabaptista, conocidos principalmente por su estilo de vida sencilla, vestimenta modesta y tradicional, su resistencia a adoptar comodidades y tecnologías modernas, como son las relacionadas con la electricidad) se ha ahorrado este incómodo tránsito, ya que fieles a sus tradiciones no pasaron al automóvil ni a la tecnología. Desconozco si todos los asentamientos amish en la actualidad han sido impermeables al progreso, muy difícil lo veo, también hay dudas sobre si tal crisis de las boñigas fue real o un bulo de la época ( también entonces existían las fake news) pero algo debió haber, cuando a los artistas en los estrenos de sus espectáculos se les sigue deseando “mucha mierda”.
Total, que parece que la cosa estriba en ir sustituyendo unas crisis por otras…. Una frase de Benjamin Franklin, por alusiones a EEUU, concluye que “ Los hombres son criaturas muy raras, la mitad censura lo que practica, la otra mitad practica lo que censura, el resto siempre dice y hace lo que debe!!! ( Menos mal)
No sé si habrá remedio para la cosa, Ojalá! No quisiera ser tan negativa, y acabar perdiendo la esperanza en la especie humana, seguro que este caos está bien organizado y forma parte de una gran plan para que todo acontezca como debe!
Y ahora se abre la veda!! Pasen y consuman y entre ese consumo, no olviden incluir una buena dosis de Yoga, es saludable, sostenible, silencioso, no deja residuos tóxicos, todo lo contrario, solo tiene ventajas! Sean valientes y atrévanse! Nada nos urge tanto como empezar por nosotros mismos por bien de la Humanidad!!!